Dec 12, 2010

Some surviving flora species in the Uruguayan savanna ecoregion / Algunas especies sobrevivientes de la flora en la Ecorregión de sabana uruguayense

Isostigma peucedanifolium (Asteraceae)



Vigna luteola (Fabaceae-Papilionoideae)


Salvia coccinea (Lamiaceae)


Salvia procumbens (Lamiaceae)

Sisyrinchium laxum (Iridaceae)

Sisyrinchium platense (Iridaceae)

Oxalis articulata (Oxalidaceae)

Cissus striata (Vitaceae)


Clematis montevidensis (Ranunculaceae)

Cardiospermum grandiflorum (Sapindaceae)

Vernonia macrocephala (Asteraceae)

Nicotiana longiflora (Solanaceae)

Hypericum connatum (Hypericaceae)

Phyla canescens (Verbenaceae)

Nierembergia repens (Solanaceae)

Cayaponia bonariensis (Cucurbitaceae)

Buddleja stachyoides (Buddlejaceae)

Bidens subalternans (Asteraceae)
Pavonia sepium (Malvaceae)

Hypoxis decumbens (Hypoxidaceae)

Verbena bonariensis (Verbenaceae)

The Uruguayan savanna ecoregion extends from the extreme southern part of the Rio Grande do Sul, a Brazilian state, to include the entire country of Uruguay, and a small section of the Argentinean province of Entre Ríos. These savannas encompass a mosaic of gallery forests, palm savannas and out cropping of submontane forests. The gallery forests are found along the Uruguay, Negro, Yaguarí, Queguay and Tacuarembó Rivers in the easternmost part of the ecoregion, while submontane forests and palm savannas are scattered throughout the ecoregion. The complex geology of the ecoregion includes precambric, cretaceous and jurassic rocks, as well as more recent sedimentary rocks. Two-million year old metamorphic and magmatic rocks are predominant in the eastern side of the ecoregion. There is a two-hundred-kilometer-wide strip from the coastal area to the northern part of the ecoregion containing six-million year old metamorphic rocks. Annual precipitation in the area ranges between 1000 mm in the southern part, and 1300 mm in the northern part of the ecoregion. The average temperature in the south is 16 ºC but is higher with an average of 19 ºC in the north. This large ecoregion is relatively flat, ranging from sea-level to elevations of about 500 meters in some areas. The majority of the ecoregion includes medium-tall grasslands. In the Brazilian side these grasslands are called the 'campos limpos'; there are almost no gallery forests on this side (UNESCO 1981). The Uruguayan savannas include about 400 species of annual and perennial grasses. The savannas are critically endangered due to the fact that there are few small isolated patches of intact habitat remaining. The whole ecoregion has been severely altered by cattle ranching - one of the main pillars of the national economy in Uruguay. About 80% of Uruguayan territory is used for cattle ranching on natural and artificial savannas. Over-grazing with unequal distribution of cattle in some areas has degraded the natural vegetation in the savannas. Artificial grasslands increased by 32% between 1980 and 1990 in Uruguay. In fact, the historical extension of the palm savannas was much greater than the isolated patches found today. These have been greatly affected by grazing. Only adult and old palms are left; livestock feeding on the young palms has stopped their regeneration. The use of fertilizers has also increased in pasturelands and agricultural crops. It is estimated that 53% of the agricultural lands use fertilizers in Uruguay. The introduction of fertilizers, pesticides and herbicides has effected food chains at the terrestrial and aquatic levels in the area. The Uruguayan government identified 36 areas for wildlife protection. The current status of the national parks is poor. There are 15 protected areas that have been highly degraded, and are not adequate for protection of native species. There are also areas that do not protect the native fauna and flora in the ecoregion but instead introduced species, such is the case of the Roosevelt National Park with eucalyptus as the dominant species (Gudynas 2000). Source: worldwildlife.org
La ecorregión de la Sabana uruguayense se extiende desde el extremo sur del estado brasilero de Río Grande do Sul a toda la extensión de Uruguay y una pequeña porción de la provincia argentina de Entre Ríos. Estas sabanas incluyen un mosaico de bosques galerías, palmares y restos de bosques premontanos. Los bosques galería se ubican a lo largo de los ríos Uruguay, Negro, Yaguarí, Queguay y Tacuarembó en la porción más oriental de la ecorregión, mientras que los otros mencionados se hallan dispersos a lo ancho de la misma. La compleja geología de la ecorregión está compuesta por rocas de origen Precámbrico, Cretáceo y Jurásico, así también como por otras más recientes de naturaleza sedimentaria. En el lado oriental predominan las rocas metamórficas y magmáticas con una antigüedad de 2 millones de años. Existe además una franja de 200 kilómetros de ancho que parte del área costera hacia norte de la región conteniendo rocas metamórficas de unos 6 millones de años. La precipitación anual abarca de los 1000 mm en la zona sur hasta los 1300 mm en la zona norte, siendo la temperatura promedio en la primera de unos 16ºC y un poco más cálida - 19ºC en la segunda. El relieve de esta amplia ecorregión es relativamente llano, contando con zonas que van desde el nivel del mar hasta los 500 m. La mayoría de ésta está cubierta por pastizales de mediana altura. En la porción brasileña tales pastizales son denominados "campos limpos", existiendo muy pocos bosques galerías (UNESCO 1981). Las sabanas uruguayas incluyen alrededor de 400 especies de pastos anuales y perennes. Están críticamente amenazadas debido a que sólo prevalecen pequeños parches de hábitat intacto. La totalidad de la ecorregión ha sido severamente alterada por la crianza de ganado - uno de los principales pilares de la economía de Uruguay. Alrededor del 80% del territorio uruguayo es empleado para esta actividad en sabanas naturales y artificiales. El pastoreo abusivo junto con la distribución desigual del ganado en algunas áreas ha degradado su vegetación nativa. Los pastos artificiales se incrementaron en un 32% entre 1980 y 1990. De hecho, la extensión histórica de los palmares era mucho más grande que los pequeños reductos que se encuentran actualmente. Tan sólo las palmas adultas y viejas han quedado; las vacas y ovejas que se alimentan de sus descendientes han detenido su regeneración. El uso de los fertilizantes también se ha multiplicado tanto en las pasturas como en los plantíos. Se estima que el 53% de las tierras empleadas para la agricultura usa fertilizantes químicos. La introducción de estas sustancias junto con los pesticidas y herbicidas ha alterado las cadenas alimenticias en los ecosistemas acuáticos y terrestres de la ecorregión. El gobierno uruguayo ha identificado 36 áreas para salvaguardar la vida salvaje. El estatus actual de los parques nacionales y zonas protegidas es pobre. Existen 15 áreas seleccionadas que han sido altamente degradadas y no son adecuadas para mantener a las especies nativas. Hay incluso zonas que de hecho no protegen la flora y fauna de la ecorregión, sino a especies exóticas introducidas como es el caso del Parque Roosevelt, donde muchas especies de eucaliptus son las dominantes (Gudynas 2000). Fuente: worldwildlife.org